Viaje a Macronia
Los imbéciles que han instalado con sus votos a Macron en el Eliseo han seguido, como los burros que son, al flautista que los conduce al abismo. Algunos, claramente, se muerden los codos. Aun así, no han terminado de pagar sus tonterías.
Macron es capaz de hacer cualquier tipo de bajezas para imponer el proyecto que motiva a aquellos que lo han encomendado para estar ahí donde está hoy: un país multirracial. Por lo tanto, él ha elegido como portavoz del gobierno de Edouard-Philippe a una senegalesa, naturalizada francesa en el año 2016 (con doble nacionalidad), Sibeth Ndiaye, que enarbola como un desafío un voluminoso peinado africano. En cuanto a su “curro” (palabra que utiliza para definir su función) está lista para hacer todo pues, dice tranquilamente, “que ella asume perfectamente el hecho de mentir para proteger al presidente”. Algo que no ha dejado de hacer sirviéndose de todos los recursos disponibles para defender a Benalla, difundiendo incluso falsa información.
Cuando estuvo a cargo en el Eliseo, de las relaciones con la prensa, todos los periodistas que tuvieron que vérselas con ella han señalado “el desprecio en su actitud”, como lo recuerda nuestra amiga Françoise Monestier en Présent (12 de abril 2019). A su paso por la UNEF, hizo su carrera como apparatchik del Partido Socialista, apoyando Dominique Strauss-Kahn (DSK) en 2016 antes de servirle a Martine Aubry y luego a Montebourg.
Esta maquinadora quiere demostrar que ella es letrada. Pero esta tonta es una inculta. Ella, que fue alumna de la institución Jeanne D’arc de Dakar y que pretende haber realizado estudios superiores de filosofía política, ha hecho una muy bella metida de pata declarando como una sabelotodo delante de la prensa que ella es como un Tomas de Aquino pues “yo solo creo en lo que veo”. Alguien tendría que explicarle que esto que ella le atribuye a Tomas de Aquino es, pues, una frase del apóstol Tomas...pronunciada doce siglos antes de Tomas de Aquino.
Así que cada día que pasa, se confirma que el gran remplazo está en marcha, Macron jura, con la mano en el corazón, que no hay de qué preocuparse, pues la asimilación va por buen camino. Excepto que...una investigación publicada en la revista Elle del 8 de abril, revela que el mercado de la virginidad es hoy prospero en Francia. Bastantes mujeres, de origen africano, ya han recurrido a la himenoplastia, la cirugía de reconstrucción del himen, prueba de virginidad. Como testimonio, Myriam, ingeniera civil de 29 años, ha pagado 2.500 euros por esta operación. Explica que “no tuve elección, es la tradición”. En su familia musulmana “y poco practicante”, se les exige a las mujeres que sean vírgenes el día de su matrimonio: “mi madre me lo ha dicho muchas veces, tu virginidad es tu bien más preciado”.
Como respuesta a los amables e ingenuos que quieren creer que la iglesia es una muralla contra la invasión musulmana, el nuevo arzobispo de Reims ha invitado a su misa de instalación al representante de la Gran Mezquita de Reims, recibiéndolo en estos términos: “me gustaría que los hombres católicos preocupados por la presencia del islam en nuestro país sean igual de diligentes para hacer presencia en la misa o a la adoración eucarística que los hombres que vi en la mezquita un jueves en la noche durante la plegaria”.
Amén.
Pierre Vial